Descubriendo la Magia de las Constelaciones con Caballos: Una Experiencia Transformadora

 


Cuando mi amiga Alexa me mencionó la experiencia de constelar con caballos, confieso que mi primera reacción fue de escepticismo. ¿Cómo podrían estos majestuosos animales ayudarme a desentrañar los nudos emocionales de mi vida familiar? Sin embargo, lo que viví en aquella finca cerca de Cali, Colombia, superó todas mis expectativas y me sumergió en un viaje de autoconocimiento y sanación que nunca olvidaré.

La finca, ubicada a solo 30 minutos de la vibrante ciudad de Cali, es un santuario rodeado de naturaleza exuberante que se convirtió en el escenario perfecto para mi encuentro con los caballos sanadores.

Desde el momento en que llegué a la finca, donde María Isabel Villegas, cariñosamente conocida como Maisa, y su esposo Jaime Mesa me recibieron con una calidez contagiosa, supe que estaba a punto de embarcarme en una experiencia única. Maisa, psicóloga y experta en constelaciones familiares, y Jaime, con su vasta experiencia en el manejo de caballos, me guiaron con paciencia y sabiduría a través del proceso. Yo no tenía ninguna expectativa, ni siquiera sabía que iba a constelar; se suponía que ya había trabajado bastante la parte de papá y mamá. Pero vaya sorpresa la que me dieron estos caballos.

Al principio, me encontraba en blanco. Maisa desde la parte psicológica y Jaime desde la parte de los caballos, me explicaron….

“Se trabaja con seis caballos que viven libremente en el potrero y en manada, son las únicas condiciones necesarias para constelar con caballos. La característica más importante del caballo es que su corazón es cinco veces mayor que el de los humanos por su tamaño. Su corazón emana una energía electromagnética cinco veces mayor que la nuestra. Lo más potente es que el caballo vive en el presente, en el aquí y el ahora, y no emite juicios. Su energía siempre está en armonía, en coherencia, a diferencia de la nuestra. Nuestro cuerpo lee y refleja todas nuestras emociones, y los caballos perciben esas energías, esas emociones y esos sentimientos, convirtiéndose en un espejo en las sesiones.”  

También me explicaron, cuáles eran las dos clases de terapia que hacían con caballos: la primera, por la que pensé que iba a escoger; el coaching, enfocado en objetivos futuros, es cuando se quiere avanzar hacia un objetivo, y es saber cómo cerrar la brecha de donde uno se encuentra y a dónde se quiere llegar.

Y la segunda, la que sorpresivamente hice, es la de las constelaciones familiares, “que buscan resolver conflictos arraigados en el sistema familiar y emocional, es decir, el resolver situaciones del sistema familiar que están quitando la fuerza y dando dificultades, donde se necesita volver a darle  energía y fuerza al ser para que todo funcione adecuadamente en el sistema familiar. También, las constelaciones sirven para mirar cuál es la base emocional de las enfermedades para que cuando se haga consciencia de cuál es ese componente emocional de la enfermedad o del síntoma pueda empezar a ver los pasos para generar las acciones y los cambios que se deben dar, entonces es trabajar de una manera holística teniendo en cuenta la parte física como la parte emocional para poder sanar” Explicó Maisa

Yo pensé que necesitaba coaching pero cuando me llevaron cerca a los caballos, me sorprendí, con un dolor en la espalda muy fuerte, uno que hacía años no sentía y fue ese dolor, el que me llevó a descubrir mi cáncer, años atrás. Lo otro curioso es que los caballos, al acercarme para saludarlos, me ignoraron completamente, ninguno de ellos me miró; inclusive uno de ellos relinchó. Qué susto el que me dio, ellos son mansos y aunque no se montan durante las terapias, sí me causó un poco de temor.

Inmediatamente, fue entonces cuando Maisa, con su experiencia, me ayudó a comprender que esta no era una sesión de coaching, sino una constelación profunda que revelaría verdades importantes.

Nos dirigimos hacia una esquina del establo, los terapeutas me explicaron cómo sería constelar y me pidieron que identificara a cada caballo con un miembro de mi familia. Así lo hice. A medida que Maisa me iba guiando, los caballos iban mostrando actitudes como si fueran mi familia. Cada uno de ellos vino por separado a saludarme durante la sesión, uno a uno me miraba con un amor impresionante. Con excepción del caballo que representaba a mi madre, que estaba furioso y yo le hablaba y me miraba terrible, con las preguntas de poder pudimos darnos cuenta de que el síntoma que yo sentía no era mío, sino el de mi madre. Lo que días después se corroboró en una cita médica. Mi madre resultó con cáncer, también.

Muchas cosas pasaron, muchas cosas se revelaron, que no comparto por privacidad. Lloré mucho en esta sesión, y estuve una semana como en la nebulosa. Bajar esta información fue muy poderoso. Sorpresivamente vi como mi clan aún sigue sufriendo por varias cosas, como la muerte de mi padre y la de mi hermana Mónica. El caballo que identifiqué como  mi hermana   Mónica estuvo  SIEMPRE al lado de mi madre. Y el caballo que identifiqué como padre estuvo totalmente quieto al lado de mi hermano, los dos  no se movieron durante una hora, solo me miraban.

El caballo que yo identifique como mi hermana menor y el que yo identifique como síntoma también estuvieron atrás callados observando,  respetando como yo intercambiaba llantos y relinchos con el caballo que representaba a mi madre.

En este momento escribo, hago pausa y lloro, porque comprendí el temor que mi madre sentía, el que siente, porque al cierre de este blog, ella comienza una batalla contra el cáncer.

Estos animales de poder fueron parte de mi familia durante casi dos horas. Al finalizar la sesión, me encontré en un estado de profunda gratitud y conexión. Los caballos, que al principio parecían indiferentes, ahora se habían convertido en compañeros compasivos en mi viaje de autodescubrimiento. Me despedí de cada uno de ellos,  en ese momento, todos se dejaron abrazar. Uno de los momentos más impactantes fue cuando uno de los caballos se acercó a mí, como si pudiera percibir mi dolor y ofrecerme consuelo. Fue entonces cuando comprendí la verdadera magnitud de esta experiencia: no solo estaba sanando mis propias heridas, sino también las de mis ancestros.

Antes de salir volví a agradecerle uno a uno , y Mónica el caballo me dio la espalda, pero comprendí días después , que ella , su espíritu quería decirme que me fuera de Cali y que me sintiera tranquila que ella acompañaría a mi madre en este reto. Y así lo he sentido desde que constele, hace casi 3 meses,  exactamente el 13   de febrero de 2024, un día para nunca olvidar.

Mi experiencia con las constelaciones de caballos fue más que una simple terapia; fue un encuentro con la magia de la conexión humana y animal, un recordatorio de que en la naturaleza encontramos respuestas a nuestras preguntas más profundas.

Si estás buscando una experiencia transformadora y sanadora, te animo a que explores las constelaciones de caballos. Pueden ser la llave que te abra las puertas hacia un nuevo nivel de conciencia y bienestar emocional.

Para aquellos interesados en embarcarse en este viaje de autoconocimiento y sanación, no duden en contactarme a través de mi correo electrónico destinationsanagulden@gmail.com. Estoy aquí para compartir mi experiencia y ayudarte a dar el primer paso hacia tu propia transformación.

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